martes, 26 de mayo de 2009

Sin Bandera


El último domingo se vieron unas imágenes que esperamos no se vuelvan a repetir, la Trinchera Norte (barra de Universitario de Deportes) se enfrento a la policía en la tribuna norte del Monumental; saldo del enfrentamiento: 13 barristas detenidos, 8 policías heridos y destrozos en autos y casas adyacentes. La violencia de las barras no es algo nuevo pero el detonante de todo esto es una cosa tan simple y tan banal: banderas. Dentro de nuestro raciocinio o el de cualquier policía o ciudadano promedio nadie entendería porque tanta alharaca por unos “trapos”, obviamente no conocemos el lenguaje marginal de las barras y sin ánimos de ofender, pero para un barrista una bandera tiene casi el mismo valor que un ser querido o una madre.

Hace casi un mes, en un operativo policial en el Rímac; se intervino la casa del Gordo “Boo” jefe actual de la Trinchera y conocido micro comercializador de droga en ese distrito, dentro de lo incautado las banderas históricas de la barra; lo cual no pasaría de ser una anécdota si horas después dichos “trapos” no aparecen en la pagina Web del Comando Sur (barra de Alianza Lima) fotografiadas en el frontis y en la tribuna del estadio de Matute. Se hablo de policías hinchas de Alianza, de pagos de 9000.00 soles por las banderas, de venganza por el robo de la histórica bandera “Alianza Corazón” ahora en poder de la Trinchera, de venganza por la muerte de 2 hinchas el año pasado, etc.

La reacción no se hizo esperar y se avizoraba una guerra entre los 2 temibles bandos, ahora la Trinchera se ha ensañado con la policía y por eso se dio el enfrentamiento el ultimo domingo y entonces, como era de esperarse, la dirigencia crema esta mas preocupada por el posible veto del Ministerio del Interior al estadio Monumental (se acerca el clásico) que por tratar de calmar la situacion con su propia barra; ya que esta se ha dividido entre los actuales cabecillas y los fundadores de la Trinchera (por eso estos últimos se juntaron en la tribuna sur del Monumental). Y lo más fácil para ellos es quitarle las entradas de cortesía, muchos dirigentes terminan dándole trabajo a los cabecillas de las barras para asegurarse el “cariño” de la hinchada y no ser “puteados” en situaciones futbolísticas vergonzosas.

Desde hace 12 años hay una ley que sanciona la violencia en los estadios y exige el empadronamiento de las barras organizadas, pero como siempre es letra muerta en un país donde la lealtad de estos personajes se reduce a un plato de frejoles y la impunidad es casi un deporte de elite. El futbol nacional esta como esta porque los dirigentes son los primeros en apañar a estos desadaptados, sin darse cuenta que la ganancia y el negocio esta en la asistencia del hincha a los estadios y no en las “ganancias” de los contratos por los “paquetes” que llevan a sus equipos.

Hay que parar la violencia que ya esta enquistada en los estadios, esto no es solo un asunto de “trapos”; aquí hay mucho más en juego: el bienestar de la gente que solo quiere disfrutar del futbol y que se rehúsa a verlo por TV. Que no impere la anarquía